Miro la pantalla del teléfono, me voy dando cuenta del paso del tiempo y de cuan rápido se pierden minutos de vida. Minutos que yo dedico a ver la pantalla de mi teléfono esperando recibir un mensaje tuyo, un puñado de letras juntas con algún significado, cualquiera que sea, con eso ya tengo suficiente. Si tú supieras cuánto las espero… Si supieras los saltos que me da el corazón cuando veo tu nombre escrito en mi teléfono. ¿Qué paradoja verdad? Hay que ver con qué poco se hace feliz a algunos…